Contents
Contents
¿De qué te hablo hoy?
¿Cuántas veces te has callado por no discutir? Estoy segura de que tienes un montón, vamos a llamarle, de conversaciones pendientes de atender o pendientes de gestionar.
Este artículo no va de todo lo que tienes pendiente, porque en ese sentido no acabaríamos.
Todos en un momento dado hemos decidido no conversar más con determinadas personas, y eso también es un cierre de etapa o de capítulo.
En este artículo te quiero hablar de atender esa conversación que sabes que una vez la tengas, vas a sentir alivio vas a sentirte plena, relajada, con la sensación, ahora sí de poder sanar esa situación para emprender otras sin cargas, sin lastres.
Indicadores de las conversaciones creadoras
Conversar aquello que duele tanto, es difícil, lo sé de primera mano, porque se agolpan en nuestro cerebro pensamientos de:
“no quiero reabrir la herida”
“a ver cómo reaccionará si le digo de hablar”
“no sabré gestionar la conversación”
“las emociones que siento me van a impedir obtener lo que quiero”
Si te das cuenta, el boicot que nos ofrecemos a nosotros mismos cuando algo nos da miedo, es tremendo.
Afloran todos los límites que tiene tu ego, que tiene el personaje que has creado, aflora tu sensación más íntima de NO SERÉ CAPAZ y entonces, prefieres ni siquiera intentarlo.
Las conversaciones son clarificadoras y sobretodo creadoras si:
- Sabes pedir
- Ofreces lo que necesita la otra persona
- Si escuchas desde la aceptación
- Si concluye con un acuerdo o compromiso
- Si haces declaraciones que creen un nuevo futuro
- Si no hay reproches
Estos son algunos indicadores que te iré desgranando conforme vayamos profundizando en algunos conceptos que considero que son claves de la creación de un nuevo lugar desde el cual poder avanzar, poder crear para poder construir aquello que deseo.
Te acerco un ejemplo
Durante muchos años, he asentado una creencia en mi mapa de pensamientos, que era de todo menos creadora de una realidad vamos a llamarla, MEJOR, una realidad de oportunidades.
Desde que era muy pequeña he sido bastante inteligente, aunque suene fatal decirlo así, pero creo me voy a poder explicar.
Yo abría un libro, y ya me sabía la lección.
¿Qué pasó? Pasó que al haber sacado buenísimas notas en el colegio, incluso los primeros años de instituto, resulta que no había adquirido hábitos de estudio y todo se derrumbó.
Cuando empecé COU el mundo para mí cambió un montón.
Pues bien, de 8 asignaturas, suspendí 5 en la primera evaluación, y podrás entender que en mi casa se vivió el drama más profundo: “nuestra niña lista, se ha convertido en una torpe” creyó mi cabeza.
Esa creencia que yo asenté de que me había convertido en torpe, la arrastré durante muchísimo tiempo.
Me pasé años queriendo enmendar el haberles fallado a mis padres con esos suspensos.
Por ello, empecé a centrar mi vida en complacer las expectativas ajenas (la de mis padres), para alejarme de mí y de lo que yo quería deseaba, o me hacía feliz.
Te cuento esto, porque lo que faltó en esta etapa, te hablo de que tenía 18 años, fue una conversación, donde ajustar lo que yo creía que mis padres pensaban de mí, o incluso lo que yo necesitaba de ellos, con lo que me estaban ofreciendo.
Era como una desconexión entre lo que necesitaba y lo que recibía, que cada vez era mayor, cada vez más y más grande,
¿sabes cuando se solucionó este entramado de creencias?
Cuando tuve las herramientas de abordar una conversación con mis padres y sacar a la luz las creencias que tenía, para contrastarlas con la realidad, sabes cómo: PREGUNTANDO, hablando, pidiendo, ofreciendo, declarando y sobretodo comprometiéndonos.
Esta conversación fue clarificadora, pero lo que más fue, es LIBERADORA.
Me permitió entender que lo que yo creía que mis padres opinaban de mí, era muy alejado de lo que realmente opinaban.
Qué únicamente les faltó preguntarme qué me estaba pasando para darme lo que ellos consideraban, pero tampoco se atrevieron a hacerlo, o como ellos dicen, no supieron hacerlo, y eso también es lícito.
Yo creía que lo que me había pasado era que de repente me había convertido en torpe por no aprobar, y lo que me había pasado es que tenía dioptrías que me impedían tomar apuntes correctamente, y que por mucho que estudiara, no entendía nada, nada salía correctamente y por supuesto todo empezó a fallar.
De nuevo otra conversación que hubiera clarificado absolutamente todo.
Video de la semana
Concluyendo
Saber cómo afrontar una conversación es importante.
Saber pedir, ofrecer, saber declarar y no reprochar, sin duda es muy relevante, pero lo que más despierta a una nueva realidad, no solo es la técnica de la misma, no solo es la estructura adecuada de la conversación, sino la voluntad.
La intención que le pongas a esa conversación, el objetivo que quieras lograr con la misma, las ganas y el cariño que desprenda esa conversación, el amor hacia una nueva realidad de liberación, eso es lo determinante sin lugar a dudas.
¿Estamos conectados por las redes?
Me encantaría poder conversar contigo de cerca, por ello ¿estás en mi Grupo Privado EL LUGAR DEL HACER?
El lugar del hacer es el espacio donde todo pasa, porque lo más importante es HACER, y aquí te doy claves, algunos trucos, consejos, ocurren los directos, es el lugar del hacer el espacio para tu desarrollo.
Ya ha salido la fecha para el Taller EL VIAJE DEL HÉROE DIGITAL, ¿te interesaría saber más información?
Trackbacks/Pingbacks