Hay un refrán que no refleja nada de lo que te quiero hablar hoy, y es el refrán:

El que espera, desespera

 

La espera está muy denostada porque pone foco a la tardanza que se muestra, en lo que está por llegar de aquello que deseamos. Prestamos atención a eso que no llega en lugar de fluir y permitir que las cosas lleguen cuando tienen que llegar.

 

Es importante dar espacio a las personas a las que les pedimos. De lo contrario estamos condicionando nuestro estado de ánimo por estar anclados en esa espera.

 

Además, seguro que a ti también te pasa, el esperar es una máquina de generar expectativas. Esperamos no en la neutralidad, para nada, estamos esperando casi condicionando que nos digan aquello que deseamos y queremos o expectamos (hay una gran diferencia entre una cosa y la otra).

 

Hoy me ha pasado algo importante que te quiero contar en este video porque creo es mucho más ameno 

Por ello, hoy quiero hablarte acerca de cómo hacer que tus esperas sean productivas:

1.- No crees expectativas

A veces cuesta, pero es importante que no esperes una respuesta, acción, actuación CONCRETA. Déjate llevar y no esperes algo en concreto, de esa manera la frustación desaparecerá. Entregate a que la respuesta sea como y cuando decida la persona con la respuesta.

2.- No fuerces respuestas

A veces la impaciencia nos juega malas pasadas por ello, a veces forzamos respuestas para que sean antes de lo que tiene que ser, y hacemos cosas como escribir de nuevo a la persona que nos debe la respuesta y le recordamos que nos conteste.

Hacer esto puede traer una consecuencia, la de que la persona se sienta presionada y te conteste antes de lo debido, sin el contenido meditado y pensado como le hubiera gustado. Eso puede traer además que incluso la persona se incomnode, y tras la respuesta que e has forzado a dar, no quiera mantener más contacto contigo, o lo tenga ya etiquetandote de una persona «pesada»

3.- Chequea que has dado toda la información necesaria 

Antes de esperar que los demás hagan su labor, corrobora que tienen la infomación que necesitan para que te puedan responder. Asimismo, es importante que tengas en cuenta cómo acaba tu conversación con esa persona que esperas te responda. Recuerda que debe finalizar con una tarea concreta como un «espero tu respuesta», o en cambio con un «cuando tengas la respuesta me dices», o en cambio con un «la semana que viene te llamo y me cuentas» para que seas tu quien se comprometa a una llamada para obtener una respuesta. Sea lo que fuere, acaba la petición con un compromiso concreto.

4.- Piensa en positivo

Si en algún momento se te pasa por la cabeza una posible respuesta, no permitas que sea catastrofista o negativa, si es así, respíralo y sueltalo. No te ancles a él y no te lo creas aunque lo hayas creado tu, no lo permitas y piensa en positivo.

5.- Da espacio a la persona que le has pedido

Confian en que la persona una vez le has pedido que te dé respuesta, ya tiene toda la información, por ello dale espacio y confía enm que responderá cuando tenga que resppnder, sin presión, sin etiquetas.

6.- Acepta los tempos

No hay nada peor que querer cambiar, aquello que es sin aceptarlo, por ello acepta lo que es, acepta los tempos de los demás, acepta que la otra persona tiene otras prioridades, otras preocupaciones y tiene más en su vida que tu respuesta, sal del ego y acepta.