Los cambios por los que pasamos en nuestra vida diaria, son cambios que pasan por diferentes etapas, a veces incluso esos cambios pasan por etapas donde te quedas casi anclado a ellas, sin poder avanzar y sin poder ver uno de los aspectos más relevantes que tienen: la OPORTUNIDAD de una nueva situación.
Date cuenta de que los procesos de cambio, si hay algo que nos crean en primera instancia, son miedos a lo desconocido, esos miedos que emergen porque nuestro inconsciente y parte de nuestro consciente nos dice que no tenemos herramientas para afrontarlos.
Y es así como pasamos la mayoría del tiempo del viaje del cambio, creyendo que no podemos o que no sabemos, estancando nuestro avance de manera casi imperceptible.
Hoy quiero hablarte de la importancia de la observación
La observación de todo lo que nos acontece como si lo estuviéramos viendo en otros, es una de las maneras más distintas que tenemos de enfrentar los procesos de cambio y adaptación.
Cuando te hablo de observación, te hablo de unas nuevas gafas capaces de mostrarte lo que nunca antes habías podido ver, y con ello esa nueva visión te ofrece una OPORTUNIDAD.
Yo recuerdo cuando estaba cursando lo que antiguamente llamaban COU (los que tengan mi edad me entenderán). Este curso era el acceso a la universidad, era digamos el año que cambiaba todo, el año en el que podías acceder a Medicina, o tenías que cursas Relaciones Laborales en Castellón porque la nota no te daba para más.
Adivina qué camino me puso la vida delante… si, tuve que cursar mi primer año de carrera en Castellón, en una carrera que ni siquiera sabía de qué iba. Sonaba a derecho laboral, a sociología, psicología del trabajo, pero se alejaba mucho de mis años de estudio en ciencias.
¿Sabes qué fue lo que cambió mi rumbo?
No tener a mi alcance las gafas que necesitaba, y esto que te cuento es así de literal.
En mi época las fórmulas de química, matemáticas y física se escribían en larguísimas pizarras con tiza de las de antes (madre mía que mayor me veo escribiendo esto). Esas fórmulas se copiaban de la pizarra a nuestras libretas, para después poder estudiar los problemas en casa.
Cuando de los apuntes que yo había “copiado” intentaba sacar la lógica para poder aplicar la comprensión a cada uno de los teoremas, mi cabeza no entendía nada, no había lógica ninguna, y la verdad es que los resultados a esta falta de comprensión tuvieron sus inmediatas consecuencias,
Suspendí 5 asignaturas de 8 en el primer cuatrimestre y no entendía absolutamente nada, no solo yo, mis profesores, mis padres era como si mi cerebro se hubiera de repente vuelto loco. Mi media antes de COU había sido de 8,5 y en este año, de repente suspendía 5 de 8, ¿qué estaba pasando?
En verano, encontré la explicación a todos mis problemas. Me busqué un profesor particular todo el verano. Por supuesto la convocatoria de Junio no pude hacerla porque imagínate, había suspendido 2 asignaturas, física y matemáticas.
Cuando empecé mi repaso con el profesor particular, me hizo llevar los apuntes del curso para repasar uno a uno todos los ejercicios que tenía de física, matemáticas, química… y aquí viene la explicación: los apuntes estaban mal copiados. Donde en la pizarra debía haber un 6 en mi libreta era un 9, donde había una R, era una B, y así con todas las fórmulas copiadas.
Mi profesor me dijo:
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“Has suspendido todo por miope”
Efectivamente, había sido todo una falta de enfoque y de unas adecuadas gafas, pero esta vez no te hablo en sentido figurado. No era falta de comprensión, no era falta de inteligencia, ni de cálculo o razonamiento mental, era por ser miope y no llevar gafas que cubrieran mis dioptrías.
Ese hecho, esa comprensión de usar las gafas adecuadas en cada momento fue mi mayor aprendizaje en ese duro verano, que condicionó toda mi carrera profesional. No llevar las gafas adecuadas, cambió mi vida de ser médico o enfermera a ser Directora de RRHH (entonces era Jefe de Personal). Pero no solo condicionó eso, durante ese año, yo sentí que de repente me había vuelto torpe, dispersa, tonta… calificativos que incluso mi sistema empezó a incluir en su mapa de pensamientos lo que acabó de hacer que se anclaran también en el mío.
Creemos tantas veces que nuestra visión es la adecuada, la correcta y la verdadera, que no nos planteamos que nuestra mirada pueda necesitar gafas.
Creer que lo que vemos, es lo que ES, nos trae en la mayoría de casos muchos conflictos de lo que debería ser y lo que en realidad está siendo.
La realidad es neutra, lo único que nosotros le aplicamos la llamada “interpretación” donde se conjugan nuestras creencias, creadas o heredadas y es ahí donde se producen las emociones y sensaciones que mueven todo.
La situación que estás ahora viviendo, requiere de una dosis si cabe más alta que nunca de aceptación y de observación.
Tienes en tus manos, la posibilidad de utilizar las gafas del miedo, la incertidumbre y la psicosis o utilizar las gafas de la oportunidad a observar una situación que nunca antes habías podido observar. Se trata de tener esa INTENCIÓN de poder elegir las gafas con las que miras tu situación, con las que te miras a ti y con las que observas y descubres nuevos escenarios nunca vistos antes.
Si decides convertirte en observador/a de la situación, abrirás la puerta a la oportunidad de aplicar el criterio y la sensatez que desees pudiendo priorizar, dando importancia a lo importante y no a tu ego, dando importancia a atender tus carencias y no las que crees trae la situación.
Es momento de elegir, es momento de abrirse a una nueva mirada que solo aparece cuando decides ponerte las gafas de la oportunidad y dejar de usar las del ego, el miedo, el yo o los juicios.
Por ello, ¿qué gafas vas a utilizar a partir de ahora?
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