La ilusión en un proyecto es lo que nos lleva a la acción, a la motivación por seguir peleando día a día por cumplir un sueño.

Sin embargo, en el momemto en el que pierdes de vista tu propósito, se cae toda energía vital por seguir en la lucha.

Desde siempre he tomado decisiones que no han sido gratamente aceptadas por personas importantes para mí y casi integré la idea de no compartir con las personas que me rodeaban, los rumbos nuevos de mi vida.

 

Cada vez que iba a tomar una decisión, mi entorno me miraba con cara de «te vas a equivocar» y he crecido con esa idea.

 

No obtener los resultados que tu deseas no significa estar equivocado en una decisión y con este artículo te lo quiero detallar para que no detones enseguida el pensamiento de que si no logras tus metas, estás fracasando. Me niego a que lo veas de esa manera.

Cuando tomé la decisión de divorciarme, mi familia se echó las manos a la cabeza y la verdad no sé si pensando en mi, o pensando qué ha pasado de gravedad para que tomes esa decisión Paloma.

No tiene que pasar nada de gravedad para tomar una drástica decisión, simplemente lo que pasa es que has elevado tu nivel de consciencia y ahora eres capaz de ver más allá de tus dos metros cuadrados, y eso es una buenísima noticia.

 

Tomar una decisión es un gesto que incluye una brutal valentía pero sin lugar a dudas, tu sí que tienes que saber el motivo para el cual (insisto para el cual) tomas esa decisión, o lo que es lo mismo

 

Tu propósito

 

Conectar con tu propósito te va a dar un chute de energía que te va a permitir luchar contra viento y marea con absolutamente todo el potencial que tenías olvidado.

Muchas veces, en el fragor de nuestra propia batalla tras la decisión, lo que nos ocurre es que se nos olvida tantísimo nuestra meta para la cual tomamos en su momento aquella decisión, que vamos vagando por el desierto en busca de agua cuando lo que hicimos fué tomar la decisión de dejar de beber.

¿me explico?

Somos tan temerosos en nuestras propias decisiones que en el momento las tomamos, al minuto siguiente ya estamos dudando de poderlo lograr, ya estamos comprando la energía de las personas que insistentemente y de mil maneras comunicativas, nos trasladan que nos hemos equivocado.

La pregunta es, ¿qué saben los demás de si debes o no tomar una decisión?

Nos necesitamos valientes y fuertes porque el camino duro viene tras la decisión. Nos debemos con mucha energía tras la decisión porque el camino empieza en ese momento. El periplo inicia tras la decisión y en ese periplo, nuestra luz en la oscuridad será nuestro propósito para el cual tomamos la decisión.

Recuerda ese momento de la decisión, conecta con esos días previos a la decisión, trasládate a ese momento previo a la decisión, a ese dolor que te hizo dar un nuevo paso en un vida, ser valiente de cambiar de rumbo. ¿Cual fué el motivo para el cual tomaste esa decisión?

Se nos olvida con facilidad el dolor, la inquietud, lo insoportable de nuestra situación antes de la decisión que tuvimos que ser poderosas de tomar.

Se nos olvida porque ya hemos dado el paso de tomar la decisión y creemos que ahí acabará todo, pero no es así. La decisión es la puerta que abres para entrar en tu hogar, pero tras la decisión es el momento de iniciar tu nueva vida. Es el momento de decorar a tu gusto tu hogar. Es el momento de empezar a transitar ese nuevo momento de tu vivencia tras la decisión.

Si has desconectado de tu propósito, reconectate a él. Escríbe una carta a tu deseo de futuro. Vete al momento de la decisión. Trae a tu presente ese momento y escribe en grande.

Tomé la decisión de (X) para al fin conseguir (Y) porque fuí consciente de que yo estaba por encima de todos los tránsitos y que no iba a seguir viviendo mi antigua vida ni un minuto más.

Deseo te ayude si a tí en estos momentos, te está pasando que estás perdiendo tu ilusión.

Paloma!