Date el gusto de no saber y de no complacer a nadie con tu opinión, actuación y sensación.

Bajate de los cielos

Seguro que en muchas ocasiones han escuchado esta frase “es que yo creía que… y por eso no te lo dije”

En la mayoría de las ocasiones, interactuamos con las personas que nos rodean de una manera vamos a llamar PREVISIBLE.

Con frecuencia ante una situación futura que vamos a vivir con personas de nuestro entorno (familia, pareja, amigos, etc), somos capaces de prever cómo van a reaccionar.

 

Muchas veces nos adelantamos a su actuación, a su pensamiento…somos como una especie de videntes malos.

Les pongo algún ejemplo para poder explicarme: si llego a casa tarde, y no he podido avisar a mi pareja de que eso iba a pasar, soy capaz de prever; qué va a decirme, cómo me mirará, como actuará, qué consecuencias tendrá ese retraso no avisado, bla, bla, bla…;

 

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Más ejemplos

 

Pongo otro ejemplo, si no he podido acabar el trabajo que me encargó mi responsable, podría replicar exactamente la reacción que tendrá, sería capaz de reproducir con pelos y señales, qué pasará tras ponerle en conocimiento de esta situación.

 

Supongo estas situaciones las hemos vivido todos y estarán conmigo que todos tenemos esa curiosa “habilidad”.

Ponemos en marcha esa maquinaria de futurología, aún si no hemos tenido experiencias previas de un hecho similar con esa misma persona.

 

Incluso si es así somos capaz de “saber” cómo va a reaccionar esa persona ante un hecho que nunca ha sucedido, que nunca ha existido, no ha existido porque no hemos llegado a él.

Lo que acabo de contarles, lo podríamos llevar a cualquier situación, incluso acerca de cualquier persona, en cualquier espacio temporal futuro o pasado y la previsión de reacción de las personas que cada uno hayamos traído de ejemplo a nuestra cabeza, seremos capaces de imaginarla, de crearla, casi me atrevo a pensar sin titubeos de ningún tipo.

 

En ocasiones, cuando preguntas acerca de una futura reacción de una persona ante cierta situación, esa persona, utilizando esto como argumento empírico quizás acompañe la frase con un:

“hombre Paloma, conozco a fulano desde hace 20 años”, como si eso fuera una garantía de éxito en cuanto a la expectativa de reacción de esa persona.

 

Empieza a ser previsor

Cuando hacemos esto, cuando prevemos cómo una persona va a actuar en un momento futuro ante un hecho, no le estamos dando la oportunidad de SER, no le estamos dejando expresarse desde la neutralidad porque nosotros ya la hemos etiquetado de su futura reacción.

Esa reacción futura que nos hemos inventado, y permitan que utilice esa palabra, no ha PASADO NUNCA, nunca se ha hecho realidad, porque ese momento solo puede ser desde un instante presente, y no desde otro instante temporal.

Cuando prevemos una reacción de una persona, no damos opción a que su actuación, su reacción nos sorprenda, y nos debería sorprender porque nunca antes ha pasado.

 

Si ese momento nunca ha existido, no tenemos juicios previos, dejamos ser porque no hay expectativas, es como si hubiéramos borrado el historial.

Cuando prevemos la actuación del otro, viajamos a un futuro que inventamos, menospreciamos aquello que acontece AHORA y como esto lo repetimos continuamente siempre llegamos tarde a la vivencia del presente.

 

Si dibujáramos una línea del tiempo imaginaria, veríamos que siempre vamos un paso por delante del punto que marca AHORA, viviendo en experiencias matrix no existentes.

Permítete no saber que pasará, vive la vida por primera vez, sin juicios, sin opiniones, permítete jugar, probar, indagar, permítete NO SABER.