Ya está, por fin has tomado esa decisión que tanto tiempo llevabas tras ella, la decisión que te va a permitir avanzar hacia ese sueño, ese objetivo que tanto se estaba resistiendo, uff qué alivio verdad…

 

Pero, ¿estás avanzando hacia tu sueño de verdad o te sientes bloqueado?

 

Ya, ya sé que tras ese momento de adrenalina incontenida y felicidad, de “por fin me he atrevido”, debes tomar tierra, y empezar a pasar a la acción.

 

Me encuentro con muchas personas que me cuentan que han tomado una enorme decisión, que han iniciado su cambio, pero, que curiosamente su estado de ánimo no les acompaña como ellas esperaban que lo hiciera.

 

Sin saber por qué, se sienten incluso más bloqueadas que antes, y con una sensación, ¿cómo explicarlo? Una sensación de vacio diría yo.

 

¿Qué puede estar pasando?

 

 

La respuesta es bastante sencilla, tras hacer ese gesto de toma la decisión más difícil, viene tu verdadero esfuerzo, viene realmente tu entrenamiento, tu dedicación y por supuesto tu ACCIÓN.

 

Para poder hablar de que te has atrevido a tomar una decisión, no solo puede ser ese día que “decidiste”, sinó que tu toma de decisiones, debe ir acompañada de un plan perfecto, en el que llevar a cabo tu decisión.

 

La decisión que crees tomaste, y que estoy segura de que fue así, no debe quedarse a vivir en tu cabeza, no debe permanecer alojada cual chiringuito de playa, cómodamente ubicada en tu mente, no no, de eso nada, ese es el paso de arranque, es como en una carrera de motos, el disparo de salida, solo eso… lo que cuenta es la carrera a la que tras ese “disparo”, tras esa decisión pensada, vas a empezar a ACCIONAR, vas a empezar a hacer.

 

Si la decisión que tomaste, únicamente la alojas en tu mente, si solo duerme, come y habita en tu cerebro, vas a tener que bautizarla de una manera diferente, vas a tener que llamarla INTENCIÓN, y no DECISIÓN. Porque una decisión que no lleva acciones detrás, que no lleva dudas, inseguridades, miedos, y a pesar de los mismos, sigues ese camino de CAMBIAR, no es una decisión, es un simple y mero pensamiento de decisión, que llamamos INTENCIÓN.

 

Cuando hacemos esto, lo que pasa, es que nos sentimos frustrados, creemos que pensar una decisión y parar ahí, sin un Plan de Acción tras la misma, es suficiente, creemos que tras ese pensamiento ya todo va a cambiar, y la mala noticia es que nada cambia si no hay decisión + ACCIÓN+COMPROMISO de decisión (eso lo hablaremos en otro post).

 

Ese es el motivo de que muchas veces desistamos en lo que creimos fue una decisión, creemos que nos equivocamos al tomarla, y que nada está cambiando, cuando lo que pasa es que no estamos haciendo nada para que esa decisión acabe en victoria de carrera, o al menos en finalizar la misma a base de actuaciones, estrategias, persistencias, firmeza, confianza de llegar a meta y haberlo dado todo.

 

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